Cuando alguien nace, alguien muere.
La ley de la alquimia indica que nada está de más o de menos, siempre está lo que tiene que estar. Al morir alguien es común encontrar que una miembro de la familia sale embarazada, esto es porque el clan familiar debe de estar completo, a veces tarda un poco en ocurrir pero siempre es así.
También la biología lo explica de una forma distinta, pero llegamos al mismo punto. La manada no puede quedar expuesta, es por ello, que cuando una persona muere se detona un impulso sexual en los demás miembros con la intención de procrear y llenar el espacio vacío. Esto es un instinto de supervivencia, con la intención de que el clan no desaparezca de la tierra.
Existen creencias como la de “constelación familiar” que nos dice que decidimos nacer en el mismo árbol genealógico al que pertenecimos al morir, con la intención de sanar lo más posible y una vez que sanamos con todos los miembros podremos renacer en otro árbol.
Lo que si podemos constatar es que la ley de la alquimia dice: lo que se va atrae algo del mismo valor energético para sustituirlo. Nunca hay pérdida, es más, nunca nos vamos, solo cambiamos de cuerpo.
