Autor: Capitán Manco
Hoy vengo hablar de Salvador Dalí, y de la tortuosa vida sexual del artista que rodea toda su obra.
Salvador nació en Figueres en 1904. Hijo de una familia burguesa catalana, su infancia, demasiado normal. Porque a sus padres se les ocurrió la magnifica idea de ponerle el mismo nombre que a su hermano mayor, fallecido mientras era un bebé. Y como explicaría más tarde, le tocó cargar con el muerto de pensar durante toda su infancia que era una copia de su hermano muerto, su reencarnación, y de tener que cargar con la pena de visitar cada año “su propia tumba”.
La sexualidad de Dalí se vio truncada desde muy corta edad: Empezando por descubrir, al compararse con el tamaño de los penes de sus compañeros de colegio; que era un picha corta, algo que dentro de lo que cabe no tiene por qué causar ningún problema.
Pero con la base que llevaba colgada, porque su padre era ultra conservador, la idea de que era impotente se fue arraigando cada vez más en su cabeza hasta el punto de que vio su propia sexualidad como algo extraño, e hizo que se refugiara en el Onanismo.
El mismo contó que se hacía unas 4 gayolas de media al día delante de un espejo, que le servían de inspiración para llevarle al mundo de la sinrazón.
El Gran Masturbador, cuadro de Dalí.
Como hijo de una familia de pasta, (su padre era Notario). Decidieron mandarlo al epicentro de niños bien con aires bohemios de su época: La Residencia de Estudiantes de Madrid, donde empezó a lucir su característico bigotazo (según se dice, imitando a Velásquez, para intentar que se le pegase su talento). Durante su estancia en la institución, convivió y trabó amistad con el Sí Homo supremo de la época: Federico García Lorca.
El problema es que el concepto de amistad entre ambos, era bastante ambiguo. Fede tuvo un crush enorme por Salva desde el minuto 1, y viendo como este no tenía ningún tipo de intereses erótico por las mujeres (lo normal cuando no solo desprecias el sexo, sino que vas a ritmo de 4 pajas con sus 4 vasos de agua al día) le tiró fichas prácticamente durante toda su vida, pero para Salva, como buen narcisista, toda adulación era bien recibida aún sabiendo la intención Si Homo del poeta granadino.
Hay varias cartas que se intercambiaron durante su época (muy interesantes, para quien quiera profundizar un poco sobre el tema) y se han escrito ríos de tinta sobre la relación que mantuvieron los dos artistas. Dejo una carta que Dalí le escribió a Lorca para que cada forero pueda decidir en que punto de la escala No Homo situarían al artista:
“Tú eres una borrasca cristiana y necesitas de mi paganismo (…) yo iré a buscarte para hacerte una cura de mar. Será invierno y encenderemos lumbre. Las pobres bestias estarán ateridas. Tú te acordarás que eres inventor de cosas maravillosas y viviremos juntos con una máquina de retratar”.
Pasase lo que pasase, el clímax de esta relación, que nunca llegó a consumarse del todo, llegó en el verano de 1925, cuando Salva invitó a Fede a pasar el verano a su casa en Cadaqués.
"Federico, como todo el mundo sabe, estaba muy enamorado de mí, y probó a darme por el culo dos veces, pero como yo no soy maricón y me hacía un daño terrible, pues lo cancelé en seguida y se quedó en una cosa puramente platónica y en admiración»
A partir de ese momento la relación con Lorca se distanció, según se dice, consciente de que la condición de ser señalado como homosexual podría dañar su carrera como pintor, y se acercó más a Luis Buñuel, uno de los Anti-Homos de la residencia, con quien participó en Un Perro Andaluz , obra maestra del cine surrealista.
Aun así su relación con Fede nunca se cortó del todo, e incluso intentó usar su influencia sobre él para hacer que se volviese a cambiar de acera: En otra de sus cartas, Dalí intentó convencer a Lorca para que se follase a Margarita Manso mientras él presenciaba la escena como Voyeur. Con el aliciente de que si Fede aceptaba mientras él “se inspiraba a su manera”, le dejaría entrar después por la puerta de atrás. Pero eso nunca sucedió.
En cuanto a su carrera artística esos años, empezando por que lo echaran de la Academia de Artes de San Fernando poco después de llegar, hubo algo que hizo que fuera rechazado también por prácticamente todo el gremio cubista y surrealista, y es que a Dalí le gustaba el dinero como a un tonto un palo.
¿Y claro, quién cojones se creían unos yupies de tendencias anarco comunistas como Breton o Picasso para decirle qué hacer o qué no hacer con su arte? Sus cuadros eran suyos y se los follaba como quería.
Es uno de los motivos por los que fue uno de los pocos artistas de esa época que siguieron en España durante el Franquismo. La capacidad de sacar dinero hasta de debajo de las piedras de Dalí es notablemente conocida, hasta el punto de que le llegó a colar un pelo de su bigote a Yoko Ono por 10.000 dólares cuando realmente era paja.
Entonces es cuando Salva conoció a Gala: una joven que por aquel entonces ya llevaba más kilómetros encima que la camioneta de Scooby Doo, pero le daba igual: Salva era todo un voyeur, y que mejor musa que una buena TDS PTS mantenida que no solo podía follarse a quien le diese la real gana, sino que recibía incentivos por hacerlo (por supuesto, siempre que Dalí estuviese delante), el papel de Gala fue fundamental durante toda su vida, ya no solo como Musa, sino como una especie de Manager que ayudó a acrecentar su obra.
En sus cuadernos hay recogidos cuerpos andróginos de su participación en orgías. Hasta hay un testimonio de una famosa Madame que afirma que acudió a su prostíbulo acompañado “de 8 Suecas” y pidió un pato vivo, al cual penetró analmente mientras las señoritas se encargaron de bajarle los pantalones y sujetaban al animal, para que coincidiera el momento en el que le cortaban la cabeza al bicho e introducía su pene en él, para notar como el espíritu del animal abandonaba su cuerpo a través de las contracciones.
Tras la muerte de Gala en 1982, Dalí entró en una profunda depresión, que unido a su incapacidad motora, hizo que se pasara postrado los últimos años de su vida. Hasta que murió definitivamente en 1989.
