Los BARCOS más GRANDES de la Antigüedad

Autor rojiblanco92

Con la que ha liado este mastodonte bloqueando el Canal de Suez me ha venido a la cabeza hacer esta recopilación.

Seguro que al lado del timón tiene un póster del mkII de Ferreiro

Esta vez mix entre ranking e historia de uno de los participantes.

Comenzamos por el Leontophoros

110 metros de eslora y 10 de manga

Construido por uno de los sucesores de Alejandro Magno, Lisímaco, quien gobernó Tracia entre el 306 a.C. y el 281 a.C.

Según Vitrubio, esta mole e hito de la antigüedad SÍ entro de forma efectiva en batalla, a diferencia de otros barcos que veremos en este hilo. De hecho, según las fuentes, este barco fue una de las claves principales de la derrota de Antigono II contra Ptolomeo Kerauno, quien lo heredó (junto el resto de la flota) tras la muerte (asesinato) de Lisímaco.

El Siracusia:

240 a.C.
110 metros de eslora.


El Siracusia, proyectado por el mismísimo Arquímedes (sí sí, el del tornillo sin fin) y encargado por el Hierón II de Siracusa. Según fuentes la tripulación base oscilaba entre las 400 y 600 personas entre personal marítimo y militar, sin embargo, podía acomodar a otras 600 personas más y transportar entre 1600 y 1800 toneladas, e incluía entre sus instalaciones jardines decorativos, un gimnasio, un templo dedicado a Afrodita, termas y biblioteca.

Se calcula que con los materiales que se dispusieron para su construcción se habrían construido 60 trirremes de guerra convencionales.

El barco era multifuncional, para viajes lujosos, cargar suministros y como barco de guerra. Es por sus características que se le identifica como el primer crucero de ocio “comercial” de la historia. No obstante, su tamaño hizo que no pudiera atracar en ningún puerto de Sicilia

lo que pareció ser una de las principales razones para que Hierón se lo regalara al rey de Egipto Ptolomeo III (284-222 a.C.). Finalmente, su nombre fue cambiado por “Alejandría” cuando fue enviado como regalo, junto con un gran cargamento de vituallas.

El Tessarakonteres

Se ve que al sucesor de Ptolomeo III el regalito de Hierón II le pareció insuficiente o quizá lo echara de menos desde que se hundiera (y desapareciera) de las fuentes
La cosa es que Ptolomeo IV Filópator encargó durante su gobierno (221- 203 a.C.) la construcción de otro gigante de los mares, esta vez, de corte plenamente militar.

130 metros de eslora.

Su nombre, significa “Nave de 40 remeros”. 130 metros de eslora, 18 de manga y 20 de altura sobre el agua.
Necesitaba 4000 remeros para moverse a plenitud. Las fuentes hablan de que portaba un par de catapultas y que podía trasportar unos 3000 soldados.
De igual modo, se nos habla de que el barco tenía dos proas y dos popas, lo que ha dado pie a que se infiera que era una especie de catamarán gigante.
Dada su naturaleza militar, ambos cascos poseían espolones con los que embestir y abrir vías de aguas las naves enemigas.



Ninguna fuente habla de que finalmente se llegara a usar en batalla, pero sí que hablan de lo estrambótico del proyecto, Plutarco dice: “no sirvió mas que de espectáculo, pudiendo ser mirada como un edificio fijo destinado a la vista y no al uso, por ser muy difícil de mover, y aun no sin peligro”.

No obstante, a pesar de que pudiera ser interpretado como algo inútil, no dejaba de ser una de las grandes pruebas del poder y grandeza de la que disfrutó el faraón Ptolomeo IV.

El Thalamegos

90 metros de eslora, 13 de manga, 17 de altura.

Otro de los encargos de Ptolomeo IV, pero esta vez un barco de recreo y disfrute:

Al igual que el Tessarakonteres se trataba de un gigante catamarán, pero esta vez de naturaleza fluvial, para surcar el Nilo.
Poseía pórticos para pasear por 3 de los 4 lados del barco, lo que constituía un paseo corrido de unos 160 metros.

Las fuentes hablan de materiales de lujo para su construcción y ornamentación, oro, marfil, mármol, maderas preciosas (cedro escita, ciprés milesio…), bronce rojo, todo ello dispuesto en las diversas y grades estancias. Básicamente era un palacio sobre un barco, un palacio flotante.

A diferencia de su hermano militar, este sí tuvo mucho éxito, fue una embarcación utilizada durante 2 siglos, llegando al punto de que la famosa Cleopatra, según Suetonio, ya en la segunda mitad del siglo I a.C. (a las puertas del cambio de milenio como quien dice ) se cameló al mismísmo Julio César dándole un buen garbeo y mostrándole lo guay que era Egipto vía Nilo arriba.

No en balde acabarían fornicando y Cleopatra tendría un hijo suyo, Cesarión. Pero bueno, que me voy por las ramas.

Los barcos del Lago Nemi

Ordenados construir por el Emperador Romano Calígula (37-41 d.C.) contaban con 70 y 75 metros de eslora y 30 y 25 metros de manga.


Fueron construidos como complemento a otra villa también construida bajo su mandato a las orillas del Lago Nemi. Eran dos enormes barcos-palacio creados con el objetivo de dar rienda suelta a su lujuria, uno al menos, ya que el segundo barco (y menor) estuvo consagrado a albergar un templo dedicado a Diana, mientras que sería el mayor de ambos el que estaría dedicado a la farra y los excesos.

Destacaban por la calidad y lujo de sus materiales, mármoles, oro, maderas nobles, bronces, marfil, musivarias (mosaicos), espacios ajardinados, termas, conducciones de agua corriente fría y caliente, calefacción interna… vamos, calité.

Estas magníficas obras, tras el asesinato de Calígula en el 41 d.C. fueron deliberadamente destruidas, por mandato del senado Romano, como ejemplo del castigo posterior a la desmesura y derroche megalómano del emperador.

PERO, y aquí viene lo bueno, a diferencia del resto de barcos del hilo… de estos tenemos pruebas y restos arqueológicos!

Tratar de encontrar los restos de estos barcos intencionadamente hundidos ha sido algo recurrente en la historia, el primero a quien se le encargó fue al famoso León Battista Alberti (a poco que os guste la historia del arte os sonará sobradamente) en 1466, quien contrató a los llamados “marangoni” que eran buceadores profesionales genoveses.
Estos buceadores del siglo XV afirmaron encontrar un barco de enormes dimensiones, pero al intentar reflotarlo arrancaron una parte del hallazgo, que se expuso durante años en Roma.

Las expediciones de buceadores se repitieron en más ocasiones, en 1535 bajo el mecenazgo de Alessandro de Médicis y en 1827 bajo la iniciativa de Anessio Fusconi. En cada expedición de buceo eran extraídos diversos objetos, unas veces meramente estructurales y otras auténticas joyas.

De nuevo en 1895 se promovió la exploración del lago, esta vez bajo la tutela del gobierno italiano. Y fue en esta exploración en la que se corroboró la posición del primer barco (semi enterrado) y se encontró también el segundo barco.

Los arqueólogos comprendieron que cualquier intento de extraer la nave por medio de grúas conllevaría su inmediata destrucción.

Se llegó a la conclusión de que el único medio de rescatar las naves era desecar parcialmente el lago, pero para ello hubo que esperar varias décadas. Hasta que en 1927, con grandes centrifugadoras, las aguas del lago fueron aspiradas y llevadas al emisario de Nemi, un conducto subterráneo de 1.650 metros usado en época romana para regular el nivel de las aguas y mantener a salvo el vecino santuario de Diana.

Unos 40 millones de metros cúbicos de agua fueron canalizados hasta el mar a través de viejos acueductos romanos y bajo el lodo. Y así en 1928 se inició la excavación.

Y salieron a la luz tras casi 2000 años de lenta y dilata espera.


Rápidamente se convirtieron en un atractivo turístico:

Y como tal, se decidió resguardarlos en el museo de las Naves de Nemi, creado expresamente para ellas en 1936.


Pero… el ser humano… es maravilloso. Éstas naves sólo pudieron admirarse algunos años.
La noche del 31 de mayo de 1944 un incendio devastador, alimentado con la madera de los barcos, los dejó convertidos en cenizas. Unos culparon del desastre a destacamentos alemanes en retirada (recordad que estamos en plena IIGM); otros, a ladrones que buscaban el plomo de las embarcaciones.

De las gigantescas naves de Calígula sólo se salvaron los bronces más preciados, que poco antes se habían puesto a salvo en Roma, donde aún hoy se exponen.


En Nemi aún podréis visitar el Museo, donde aún quedan anclas, tuberías, mosaicos, columnas, cerámicas… incluso una réplica a escala 1:5 de ambas galeras. Aunque los famosos barcos de Nemi nunca más podrán ser contemplados… ¿o tal vez si?.

Se busca la tercera nave de Calígula en el Lago de Nemi

  • Sería una joya histórica. Ya se encontraron dos naves de Calígula en el siglo pasado, pero se piensa que podrían haber remolcado una tercera, una especie de palacio flotante del emperador